Mi reseña y paseo fotográfico por Bridgetown, la capital de la isla de Barbados.
Registro de cruceros. Decimotercer día.
¡Tierra! Llegada a Barbados. Francamente, incluso seis días en el mar eran más interesantes que un día en esta isla caribeña.
¡Es aburrido aquí! Esta isla es de origen coralino, no volcánico, y por lo tanto es plana como una tabla, no hay montañas ni volcanes aquí, y la naturaleza fue aplastada notablemente por la gente; de hecho, toda la isla está construida y construida de Por supuesto, insípido y desordenado.
La gente, como es costumbre en esos lugares, es en su mayoría holgazanes. No difieren en amabilidad y sonrisa, pero tampoco muestran agresividad. Por desgracia, no les gusta la cámara, porque creen que les roba el alma, por lo que no funcionó para hacer imágenes interesantes y vívidas. Hablan inglés, pero nada. Por cierto, este es mi primer país de habla inglesa. ¡Shakespeare habría sabido que los viajeros del futuro se familiarizarían con su idioma en un lugar tan ruidoso!
Nos limitamos a dar un paseo por la capital, Bridgetown. En general, no hay ningún otro lugar adonde ir. Caminamos por la ciudad, miramos personas, calles, casas, mercados. La capital es una ciudad fea y descuidada, chozas escarpadas y tiendas con basura terrible. ¡Pero hay un legado colonial! Pero, ¿qué le hicieron? Así es, ¡jodido! Al final de la caminata, miramos a la playa, donde bebimos una botella de cerveza caribeña, y regresamos al liner.
Como resultado, se batieron dos récords en este país a la vez: esta es nuestra visita más corta (3 horas) y la más presupuestaria ($ 3 por cerveza) a un estado separado.
Aprovechando que nuestros hermanos del crucero estaban merodeando en la orilla, decidimos descansar en un transatlántico medio vacío. Por primera vez en 13 días de navegación, sumergieron sus lomos en las burbujeantes aguas del jacuzzi y yo también bajé por el tobogán de agua, por cierto, por primera vez en mi vida. 0.33 cervezas para dos, un tobogán y un jacuzzi; bueno, se sumergieron directamente en el abismo de la diversión desenfrenada en esta Barbados. Pero no se ría, todavía tenemos un crucero de jubilación.
